
Conclusiones clave
Un hombre de 60 años desarrolló paranoia y alucinaciones tras usar bromuro de sodio como sustituto de la sal de mesa durante 3 meses, siguiendo las recomendaciones de una herramienta de inteligencia artificial (IA).
Las pruebas de laboratorio mostraron niveles elevados de cloruro con brecha aniónica negativa y alcalosis metabólica por interferencia de haluros. Pruebas posteriores confirmaron niveles de bromuro notablemente elevados.
Un informe de caso de la Dra. Audrey Eichenberger, de la Universidad de Washington, Seattle, describe bromismo después de que el paciente consultara con ChatGPT para obtener información médica.
El paciente y su historial
El paciente, sin antecedentes psiquiátricos ni médicos, acudió a urgencias expresando su preocupación por un posible envenenamiento por parte de su vecino.
Inicialmente, no refirió tomar ningún medicamento ni suplemento; sus constantes vitales eran normales y la exploración neurológica no reveló anomalías.
Hallazgos y diagnóstico
Al ingreso, la evaluación inicial de laboratorio mostró hipercloremia (126 mmol/L; rango normal: 98-108), brecha aniónica negativa (-21 mEq/L) y un nivel bajo de fosfato (<1 mg/dL; rango normal: 2,5-4,5).
Su nivel de bicarbonato estaba elevado (36 mEq/L) y la gasometría venosa reveló acidosis respiratoria compensada con alcalosis metabólica (pH: 7,35; presión parcial de dióxido de carbono: 64 mmHg; presión parcial de oxígeno: 23 mmHg; bicarbonato: 35 mEq/L).
Los niveles de sodio (141 mEq/L), creatinina (0,97 mg/dL), análisis de drogas en orina y alcoholemia se encontraban dentro de los límites normales.
Reportó múltiples restricciones dietéticas y destilaba su propia agua en casa; parecía tener mucha sed, pero se mostraba paranoico con el agua que le ofrecían.
El paciente fue ingresado para monitorización y reposición de electrolitos.
Se consideró un diagnóstico diferencial amplio, que incluía la ingestión de metales pesados, lo que motivó la consulta con el Servicio de Control de Envenenamiento. Con base en el diagnóstico diferencial, que presentaba una brecha aniónica negativa con un nivel normal de sodio, se consideró que se trataba de un caso de pseudohipercloremia.
Un nivel normal de salicilatos y lípidos en ayunas indicaron que el bromismo era la causa más probable.
En las primeras 24 horas, la paranoia se intensificó con alucinaciones auditivas y visuales, y tras un intento de fuga, se le asignó un ingreso psiquiátrico involuntario por discapacidad grave.
Recibió tratamiento con risperidona, con dosis ajustada a 3 mg diarios, para la psicosis, mientras los médicos continuaban la evaluación diagnóstica.
También comentó que, después de leer sobre los efectos negativos del cloruro de sodio o la sal de mesa en la salud, le sorprendió encontrar solo literatura centrada en la reducción del sodio en la dieta. Inspirado por sus estudios universitarios de nutrición, decidió realizar un experimento personal para eliminar el cloruro de su dieta.
Durante 3 meses, sustituyó el cloruro de sodio por bromuro de sodio, obtenido en línea tras consultar ChatGPT, donde había leído que el cloruro podía sustituirse por bromuro, aunque probablemente para otros fines, como la limpieza.
Gradualmente, durante un ingreso de 3 semanas, sus niveles de cloruro y brecha aniónica se normalizaron, y sus síntomas psicóticos mejoraron. Se le redujo gradualmente la dosis de risperidona antes del alta y se mantuvo estable sin medicación en una visita de seguimiento realizada 2 semanas después.
Su nivel de bromuro fue finalmente de 1700 mg/L (21 mmol/L; rango de referencia: 0,9-7,3 mg/L).
Discusión
Este caso destaca cómo las recomendaciones derivadas de la IA pueden contribuir a la aparición de consecuencias adversas para la salud prevenibles cuando el asesoramiento se descontextualiza y no se aplican las medidas de seguridad clínicas.
El paciente parece haber consultado ChatGPT-3.5 o ChatGPT-4.0 al intentar eliminar el cloruro de su dieta, pero su registro de conversaciones no estaba disponible y no se pueden confirmar los resultados específicos porque las respuestas varían según las entradas previas.
Cuando los médicos preguntaron posteriormente a ChatGPT-3.5 sobre sustitutos del cloruro, la respuesta también mencionó el bromuro; aunque señaló que el contexto es importante, no proporcionó una advertencia sanitaria clara ni solicitó una indicación clínica como lo haría un médico.
“Este caso de advertencia subraya que el asesoramiento digital no debe reemplazar la consulta directa con los médicos en la toma de decisiones médicas y que la verificación del contexto, crucial para la seguridad, es esencial para la IA orientada al consumidor”, escribieron los autores.





